Ya hemos dado a nuestros hijos herramientas necesarias para tener ordenada la habitación, ahora sólo nos queda ponerlo en práctica y que ellos sean los principales protagonistas en hacerlo.
Los padres son modelos a seguir por sus hijos, por lo tanto debe haber coherencia entre aquello que les vamos a exigir y lo que nosotros mismos hacemos, por ejemplo si les estamos pidiendo que ordenen su cuarto , pero el nuestro está hecho un desastre… pues no tiene mucho sentido.