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1. Hace años, una compañera de trabajo me dijo que ella tenía una licuadora y que era la única forma que su hijo todos los días tomara fruta y verdura, además ahora se limpian fenomenal, todo al lavavajillas, puesto que yo no probaba la fruta me pareció buena idea; la usé el día que me la compré y una semana después, hasta que me cansé de montarla, desmontarla y limpiarla,  fue una de las cosas que no me llevé cuando hice la mudanza.
2. Una amiga mía siempre usa bolsos muy grandes porque a ella le parecen «muy prácticos», mete de todo, y siempre saca algo del bolso para que el niño se entretenga cuando estamos tomando café. Yo me compré uno, lo llené de cosas, cuando volví a casa tenía dolor de espalda, no lo volví a usar.
3. Y qué deciros de todas esas cosas que compramos cuando tenemos un bebé porque todo el mundo nos dice que esto, o lo otro es «muy práctico». Una de tantas cosas que compré, fue una especie de cubo para bañar al bebé «muy práctica» me dijeron en la tienda, porque por la posición que adoptan dentro cuando los bañas expulsan los gases, bueno pues allí no había quién metiera a mi hija, no le debía parecer muy práctico porque no hacía más que llorar en cuanto entraba en el cubo…y encima lo que ocupaba el cubo, lo usé una temporada para guardar los juguetes.

Nagisa Tatsumi llega a la conclusión de que para enfrentarte a esta cuestión debes aplicar el «conocerte a ti mismo». Si eres consciente de que tú eres tú y los demás son los demás, sabrás cuando necesitas algo y cuando no.